Titanic nos enseñó que hasta el amor verdadero se hunde.

martes, 29 de mayo de 2012

No quiero otros besos,

Ni otros abrazos, ni otro número de teléfono que me llame por la noche. Porque me encanta tu sonrisa, la adoro. Adoro tus brazos y tus locuras. Me encanta que me hagas reír. Me gusta cuando me miras y cuando sonries sin ninguna razón. Adoro que me hagas tus típicas bromas, aunque me enfade y creas que las odio. Adoro tu forma de hablar, tus gestos y tu aroma. Me encanta estar contigo porque me olvido de todo lo demás. Supongo que en realidad, no adoro todo esto. Me gusta solamente porque lo haces tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario