Titanic nos enseñó que hasta el amor verdadero se hunde.

miércoles, 11 de julio de 2012

Hoy, mañana y siempre te quiero aquí.

¿Te acuerdas como comenzó? Una simple amistad. Al principio no había ningún interés. Ambos nos sentíamos agusto hablando uno con el otro. Pero a medida que fue pasando el tiempo, noté en ti cosas increíbles. tanto físicas como emocionales. Me gustaban tus manos suaves, todos tus lunares, tu voz, tu sonrisa, el hecho que podíamos hablar sobre cualquier tema todo el día, y nunca me cansaba... Y por más horrible que lo haya pasado, siempre lograbas sacarme una sonrisa con tus ocurrencias y anécdotas. Poco a poco, vi como me iba enamorando. Dejando todo detrás y olvidándome de todo, tú empezaste a ocupar el primer lugar en mi mente. Tú, tú, tú. Día y noche, tú. Vi que lo único que me hacía falta para ser feliz era tenerte siempre a mi lado. Después de unos meses me di cuenta de que... Mi felicidad eres tú.
XVII

No hay comentarios:

Publicar un comentario